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Mediación escolar: actuar contra la violencia desde la prevención

Casildo Gómez de la Rosa. Miembro del Equipo de Convivencia y Mediación del IES Madrid Sur

Nuestra sociedad es un muestrario de violencia donde nuestros niños y adolescentes se mueven, observan y aprenden; diariamente podemos constatar esto en la televisión, cine, redes sociales y videojuegos. Un instituto es un centro de aprendizaje y convivencia de adolescentes, que refleja la violencia estructural subyacente en la sociedad. Los conflictos que aparecen en el instituto se da entre miembros de un mismo colectivo, o entre miembros de distintos colectivos, no obstante la más usual es la violencia escolar entre alumnos.

La violencia existe, está ahí y de momento su erradicación a nivel social y escolar es un objetivo muy lejano. Pero el sentido de este artículo es lanzar un mensaje positivo, atenuar la noticia anterior y proponer otra esperanzadora; ¡sabemos cómo prevenir la violencia escolar! Con FORMACIÓN y EDUCACIÓN.

Formación al mayor número de personas posible de la comunidad escolar, para que ayuden a otras personas que puedan sufrir casos de violencia: alumnos, profesores incluido el equipo directivo, padres y madres.

Educación a las personas que manifiestan conductas violentas, y disruptivas, para que sean conscientes del perjuicio que hacen a otros compañeros y dejen de hacerlo.

El grupo de Convivencia y Mediación del IES Madrid Sur lucha por favorecer la convivencia y contra la violencia escolar, en las distintas formas en que esta se presenta: física, social, verbal, psicológica y la reciente y cada vez más usual, violencia digital. Actuamos básicamente a nivel de prevención, o en los primeros estadios de aparición del conflicto; también hay actuaciones a nivel de conflicto abierto.

Afrontamos el problema de la violencia a partir de la formación de profesores y de nuestros alumnos. En cada grupo hay al menos dos o tres alumnos que han sido seleccionados para pertenecer al equipo de Convivencia y Mediación del Instituto. Los alumnos de 1º y 2º de ESO son alumnos ayudantes, y los alumnos de 3º y 4º de ESO y 1º y 2º Bachillerato son alumnos mediadores.

Este modelo de prevención se basa en los siguientes pasos:

1) Formación, de alumnos donde se abordan temas como el conflicto, detección, denuncia (denunciar no es “chivarse”), confidencialidad, comunicación verbal y no verbal, lenguaje, neutralidad, habilidades sociales, empatía, asertividad, género, acoso.

2) Observación por parte de los integrantes del grupo, nuestros ayudantes y mediadores son los ojos y oídos de los profesores, son los detectores de los problemas que puedan surgir durante los cambios de clase, recreos, entradas y salidas de clase y del instituto y cada vez más navegando por las redes sociales.

3) Denunciar la situación de indefensión o debilidad sufrida es una etapa crucial y muchas veces dura para los alumnos, cuanto más débiles son, más les cuesta. Contarlo supone una liberación personal, una socialización del problema y una solución más rápida al conflicto. Es bueno para la víctima, es buena para el agresor, al impedirle continuar con otras acciones similares, y es buena para la clase ya que contribuye a mejorar el ambiente de convivencia y académico de la misma. Uno de los objetivos del equipo es que cualquier compañero pertenezca o no al grupo de convivencia denuncie cualquier situación de violencia que vea sufrir a alguno de sus compañeros.

4) Mediaciones son las actuaciones que realizan los miembros del equipo ante un conflicto.

4.1) Mediaciones no formales, aquellas que consisten en una llamada de atención de profesores, o de nuestros mediadores (no necesariamente la tiene que realizar un miembro del grupo) a alumnos que ejercen episodios puntuales de violencia sobre otros compañeros, y sobre todo si hay reiteración. Un ejemplo sería quitar el zumo o ridiculizar a un compañero, durante varios momentos del día o en varios días. Si el alumno mediador no puede solucionarlo o teme por su integridad, avisa a un adulto; normalmente un profesor y en este punto puede empezar la mediación formal.

4.2) Mediaciones formales, son actuaciones en las que las partes del conflicto (víctima y agresor) aceptan una solución guiada por sus compañeros mediadores. Hay unas normas de obligado cumplimiento que ambas partes deben aceptan, confidencialidad, respeto al turno de palabra, cuidar el lenguaje verbal y no verbal. La mediación la llevan los alumnos mediadores ante la observación de un profesor. Mediante estas mediaciones formales se pretende cerrar el conflicto entre víctima y agresor, que éste, acepte su error, dando la razón y reconocimiento a la víctima (educar al agresor). Además se busca un compromiso para no volver a hacerlo. Ejemplos: los no resueltos del punto anterior, una pelea donde uno de los alumnos, el más fuerte, la ha forzado para pegar al otro. Insultos a través de redes sociales, alumnos que llegan al centro procedente de primaria y que al llegar a 1º de ESO se les asigna un grupo distinto al de sus amigos, y que llevan muy mal las nuevas amistades hechas en el centro por parte de sus amigos.

5) Seguimiento de los compromisos alcanzados en la mediación con ello se pretende comprobar que lo acordado se ha cumplido y podemos cerrar definitivamente el problema.

Esta forma de abordar los conflictos, implica a todos los miembros de la comunidad escolar padres, profesores, Equipo Directivo, y da relevancia en la resolución de los mismos a los alumnos. Importante recalcar dos aspectos, primero nuestro grupo actúa en sintonía y comunicación con el Equipo Directivo, segundo los acuerdos alcanzados en los procesos de mediación, no excluyen sanciones por parte de Jefatura de Estudios para el alumno agresor.

No he hablado de acoso porque nosotros no mediamos casos de acoso. Lo prevenimos, pensamos que cada vez que actuamos cuando a un niño sufre burlas, le dan collejas, o le insultan a través de las redes sociales; estamos actuando contra el acoso. Éste surge como una pequeña bola de nieve, algo pequeño e irrelevante, pero si no se actúa a tiempo la bola se hace tan grande que los daños pueden ser irreparables., aunque pensamos que con nuestras actuaciones hemos evitado que algunos niños sufran, que otros sean acosadores y que las familias implicadas sufran daños de difícil reparación.

Ningún instituto está libre de violencia, tampoco por tanto de acoso. En ningún caso se puede mirar para otro lado y menos aún ocultarlo. El acoso es un fallo general de la Sociedad, cuando se hace visible suele ser tarde, y en este caso hemos fallado todos, desde el compañero de clase; hasta la familia pasando por los profesores y amigos. El niño acosado es la parte más débil, es necesario observar su comportamiento, y denunciar su situación, pues la víctima traumatizada, normalmente es incapaz de denuncia o lo hace en un pequeño porcentaje de casos.

Y la Administración ¿qué papel juega en todo esto? En este tema durante años ha tenido una actitud pasiva, no ha juzgado adecuadamente la magnitud del problema. Actuó con rapidez a partir de los suicidios de Arancha y Diego dos tragedias de extraordinaria repercusión social y mediática. Elaboró un plan de acción contra el acoso escolar de obligada aplicación desde noviembre de 2016, e igualmente redactó unas pautas a seguir por los centros y profesores ante situaciones de acoso.

En los documentos elaborados por la Consejería de Educación se habla de prevención, y deja en manos de los centros las actuaciones, sin dotarlas de los medios oportunos. Aparece una mención sobre la creación de Equipos de Mediación y Convivencia como elementos para prevenir el acoso, pero no hay alusiones a los apoyos que va a recibir un centro que cree o tenga ya, un grupo de Convivencia, en cuanto a reconocimiento de su labor, en cuanto a la reducción horaria de algunos o todos los miembros del equipo, en cuanto a compensar su labor con cursos de formación, o si les va a dar el rango de Departamento con una dotación presupuestaria.

En todos los centros hay problemas de violencia, cada uno de ellos con sus propias características aunque ninguno está libre de la aparición de un caso de acoso. No debemos bajar la guardia, sabemos cómo actuar activamente. No podemos ser transigentes con ciertas pequeños actos, porque corremos el peligro de acabar normalizándolos, hacerlos cotidianos y pueden terminar superándonos. Hay que bajar el umbral de los distintos tipos de violencia, reconocerla, prevenirla y combatirla cuanto antes. La Administración debe fomentar estas actuaciones poniendo los medios adecuados para la creación de Equipos de Mediación y el apoyo a los ya existentes.

Todo lo que hagamos para mejorar la convivencia hoy, permitirá el día de mañana tener institutos con menor violencia y mejor educación. Todos queremos que nuestros hijos asistan en las mejores condiciones al instituto y en él se sientan libres de temores, seguros, y contentos. Éste, es el fin por el que tenemos que trabajar y al que no podemos ni debemos renunciar.