Alivio de la pobreza de la luz
Convivir.info
Según la Agencia Internacional de la Energía, más de 1.300 millones de personas en el mundo viven en condiciones de pobreza energética, al no tener acceso a la electricidad. Una de las consecuencias de esta situación es que, al caer la noche, la inmensa mayoría no puede disponer de luz eléctrica, por lo que muchos recurren a lámparas de queroseno y velas para iluminar sus hogares y negocios. Según la Organización Mundial de la Salud, estas fuentes de luz primitivas se cobran la vida de 1,5 millones de personas cada año, debido a enfermedades respiratorias e incendios.
La pobreza de la luz afecta a grandes extensiones de África, Asia y Suramérica. Muchas de estas regiones en vías de desarrollo, presentan limitaciones geográficas y económicas que hacen inviables las redes eléctricas. Además, la dispersión de las comunidades aisladas en el territorio dificulta la llegada de electricidad a las mismas. Por ejemplo, según el Banco Mundial, en el sur de Sudán, sólo un 1,5% de la población tiene acceso a la luz eléctrica.
Los avances en el campo de la iluminación hacen posible la llegada de la luz a estas áreas. La tecnología LED solar puede proporcionar luz por un coste menor que el funcionamiento de las lámparas de queroseno, evitando los peligros para la salud, la seguridad o el medioambiente, sin necesidad de grandes inversiones en infraestructuras, ya que cada soporte actúa como una unidad independiente de iluminación.
Para un hogar, una linterna LED supone un desembolso único de entre 9 y 18 euros ya que no tiene coste energético al alimentarse con energía solar. La factura anual de combustible para encender una lámpara de queroseno es de 45 euros, aproximadamente. A mayor escala, la combinación de farolas LED con paneles solares, permite ofrecer iluminación sostenible en lugares públicos.
La luz es básica para el progreso y el desarrollo económico, social y cultural de las comunidades. La iluminación LED con energía solar puede transformar a las comunidades rurales y salvar vidas.
Por cortesía de Philips Gift of Light, que ha ayudado a comunidades en la República Democrática del Congo.