Todos los niños, todos los derechos
Consuelo Crespo Bofill. Presidenta UNICEF Comité Español. (2013)
Camino de cumplir 70 años de vida, UNICEF sigue trabajando con más fuerza y ahínco que nunca con el objetivo de construir un mundo justo mediante la defensa, la protección y el desarrollo de los Derechos de la Infancia, a la vez que afronta retos muy relevantes para garantizar su capacidad de cumplir su misión en el futuro, en un mundo en rápida transformación.
Vivimos un momento crítico, pero también nos encontramos ante la ocasión más propicia para plantarle cara a la pobreza y reducir drásticamente las desigualdades, y no debemos dejarla pasar. Tenemos la experiencia, las capacidades, incluso los recursos y la hoja de ruta para hacerlo. Debemos ser capaces de convertir este tiempo de dificultades y de confusión en oportunidad para reflexionar, analizar y seguir avanzando con el impulso que nos da la experiencia y los resultados logrados hasta ahora. Un dato de lo mucho conseguido en los últimos años y que nos sirve de estímulo: se ha reducido la mortalidad por causas evitables de niños menores de cinco años en un 40 por 100 en las dos últimas décadas.
UNICEF con sus estrategias y objetivos aporta una fórmula novedosa y eficaz de avanzar en el desarrollo y en la lucha contra la pobreza. La incidencia política promovida por la organización ha cambiado el escenario de muchos países y su inversión en los niños y en la mujer enfocada a la conquista de sus derechos ha supuesto un cambio histórico en el tejido social de esos países. En esa labor nos hemos preguntado en estos últimos años no sólo cómo podríamos llegar al mayor número de niños posibles, sino además cómo podemos llegar a aquéllos que más lo necesitan, los más vulnerables, los más excluidos, los más pobres. Es el enfoque de equidad que está en el corazón de la historia de nuestra organización y que ahora guía nuestras actuaciones: si hacemos llegar los recursos y la ayuda a los puntos más difíciles del planeta seremos más rápidos y eficaces en cumplir con nuestros objetivos. Cuando todos los niños vean cumplidos sus derechos de forma efectiva, todos los objetivos de desarrollo se harán realidad.
Ya en el momento de su creación UNICEF asumió esa misión universal y, desde el año 1989, le sumó una misión transformadora. Misión que hoy se traduce en programas globales en más de 150 países y territorios basados en el trabajo en red con todos los agentes que en cada país intervienen en la generación de cambios para la infancia: los propios niños, sus familias, las comunidades, gobiernos, entidades públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales locales e internacionales, y otras agencias de Naciones Unidas.
En España el trabajo de UNICEF ha permitido destinar más de 600 millones de euros a las necesidades de los niños en 150 países y territorios. Resultado que es el fruto de un trabajo constante, de la cercanía a los ciudadanos en todos los rincones de nuestro país, de las aportaciones de nuestros 265.000 socios, grandes, pequeñas y medianas empresas, gobiernos autonómicos y locales, en definitiva, de toda la sociedad española.
Pero el esfuerzo de UNICEF tiene desde hace unos años una marcada línea de actuación en la vigilancia y denuncia de la situación de los niños en España. Los informes elaborados desde el año 2010 muestran de qué manera la crisis económica está teniendo un enorme impacto en los niños que son, no lo olvidemos, los últimos responsables de esta situación y los que menos capacidad tienen para enfrentarse a ella. Según esos informes, en España hoy hay más de dos millones de niños que viven por debajo del umbral de la pobreza. Una cifra que no nos deja indiferentes y que requiere de todos nuestros esfuerzos. Los datos son también elocuentes en el estudio sobre Bienestar Infantil en los Países Ricos, presentado por el Centro Internacional de investigación de UNICEF: Innocenti.
Estos datos demuestran que es necesario tomar determinadas medidas para que la aplicación de los Derechos de la Infancia esté garantizada. Recuperar la iniciativa de un Pacto de Estado por la Educación que garantice la calidad, la equidad y la estabilidad del sistema educativo; proteger las inversiones en los ámbitos que plantean desafíos fundamentales a la infancia, como la lucha contra la pobreza, la salud, la educación y la protección; poner a los niños y sus familias en el núcleo de las decisiones políticas que se adopten; y elaborar un Plan Nacional contra la Pobreza Infantil.
Lo urgente ahora es afrontar las crisis y cubrir las necesidades, pero lo importante es seguir trabajando y profundizando en la crisis de valores que arrasa cualquier esfuerzo por construir un mundo mejor.