Tic y empleo para mujeres con discapacidad
Juan García Olmo. COCEMFE
Las mujeres aun siendo grandes protagonistas de la vida en sociedad, por razón de género, por habitar en entornos rurales y como en la problemática que nos ocupa, por su condición de persona con discapacidad, se encuentran con especiales dificultades para acceder al empleo, a los servicios, y a la participación social en general. Esta situación pone de manifiesto la utilidad y la necesaria existencia de ecosistemas de apoyo que persiguen disminuir estas diferencias.
Los datos disponibles, en Castilla y león, sobre la situación de las mujeres discapacitadas y sobre la brecha tecnológica por razón de género, lo demuestran. El 60% de las 256.000 personas con discapacidad son mujeres, de ellas el 55% asegura tener problemas para las interacciones y las relaciones personales. La tasa de actividad es muy inferior en las personas discapacitadas ya que sólo el 27,7% de las personas con certificado de discapacidad están ocupadas. El 35,5% de la población ocupada con discapacidad son mujeres frente al 65% de hombres. Y en cuanto a la brecha digital, a pesar de que se ha reducido en los últimos años en España, son las mujeres quienes presentan una peor evolución. Han usado alguna vez internet un 7,5% menos de mujeres que hombres y un 36,7% menos a través de los móviles. Pero no todo es negativo, mientras que los hombres utilizan, prevalentemente, internet para el consumo y el ocio, las mujeres lo hacen para el bienestar social, es decir, para el empleo, la salud o la formación, lo que otorga a dicho uso un alto valor social.
Los apuntes sobre la situación laboral de las personas con discapacidad ponen de manifiesto que este colectivo requiere de apoyos, por presentar especiales dificultades, ya que las mujeres presentan tasas de actividad y de ocupación muy inferiores a las de los varones. Tal situación de desigualdad por sexos dentro del colectivo de las personas con discapacidad acentúa la necesidad de acciones para mejorar la empleabilidad y el acceso al empleo de las mujeres discapacitadas.
Las personas en general se encuentran con variados problemas para su acceso al empleo. La falta de experiencia laboral, la insuficiencia o inadecuada formación, la brecha digital, el desconocimiento de los contextos, contactos y redes para la búsqueda de empleo, son déficits que han de ser superados.
Por otra parte, el entorno también favorece esta discriminación, puesto que continúan existiendo múltiples problemas de accesibilidad a muchos ámbitos sociales, laborales y relacionados con el transporte. Las barreras en los centros de estudios han impedido a muchas personas acceder en las mismas condiciones que el resto de la población a estudios superiores, los productos de apoyo son insuficientes, existen prejuicios por parte de los empresarios respecto a las capacidades del colectivo y a la legislación para la integración social y laboral le falta control y sobre todo cumplimiento.
La Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) entiende que el empleo además de un derecho, es uno de los principales factores de integración en la sociedad ya que incide de forma directa en el nivel de calidad de vida, permite el acceso al consumo y los servicios, favorece el sentimiento de pertenencia y utilidad social, y proporciona autonomía a las personas.
Por ello, COCEMFE tiene desarrollada una metodología que se caracteriza, por un lado en la centralidad de la persona, al ser ella el actor de su itinerario de empleabilidad, implicandose en su desarrollo y también en la integralidad, al atenderse todos los aspectos de la persona, con especial incidencia en aquellos relacionados con la empleabilidad. La metodología COCEMFE se desarrolla en torno a tres enfoques:
Un enfoque psicosocial, pues la persona está en el centro del proceso y de la toma de decisiones. Se elaboran planes personalizados de empleabilidad, se trabajan habilidades psicosociales, habilidades pre y laborales, capacitación profesional, mejora de la empleabilidad, y se forma en el uso de las TIC. Se trabaja de forma personalizada y grupal.
Un enfoque comunitario, al sustentar su acción en el territorio, contando con los servicios, organismos y entidades territoriales para derivaciones y trabajo colaborativo. Se prospecciona el mercado de trabajo local y las empresas que allí se ubican. Se promueve la participación social a través de las entidades de COCEMFE en la zona. Y en definitiva, se cuida y promueve la existencia de un ecosistema de apoyo a las personas.
Y por último, un enfoque sistémico: se interactúa con la familia cuando el proceso personal así lo requiere, y se trabajan los valores, las actitudes y la autonomía personal.