Deporte y convivencia
Históricamente, las ciencias y el deporte han venido encontrando ámbitos diversos de fértil colaboración y proporcionando éxitos. Acentuamos, aquí, como beneficiosa, la integración de procedimientos propios de las ciencias sociales, de las ciencias de la salud y del deporte, ya que brinda grandes oportunidades para la mejora de las condiciones convivenciales. Hoy, por razones que a nadie escapan, los espacios de reflexión al respecto, son especialmente indicados, por lo que propondremos algunos ejemplos.
Deporte educativo y de ocio activo.
En cualquier deporte, y sobre todo si este es de equipo, se dan condiciones que, suficientemente subrayadas, ayudan a una adecuada aceptación de valores de convivencia. Se compite pero en marcos claros de cooperación y con normas precisas que son formuladas y transmitidas desde figuras de autoridad colectivamente aceptadas. El éxito, siempre provisional, tiene que ver tanto con la aportación individual de los que participan en la actividad como con la eficiencia de un grupo en su conjunto.
A los contextos formativos les corresponde aprovechar las características y la influencia del momento histórico, a favor de la mejora de la convivencia, optimizando sus procedimientos. Proporcionar, verbi gracia, formación adecuada a profesores y monitores permite, la dinamización de espacios de comunicación a través de la experiencia deportiva, lo cual constituye una herramienta de gran potencia para un cambio positivo de actitudes.
Deporte como actividad de alto rendimiento y deporte como espectáculo.
Hoy, casi el único modelo positivo de mérito social que los medios de comunicación proponen, masivamente, es el del deporte de élite. Dicho status, ya consolidado, debería ser empleado de manera más sistemática a favor de la transmisión de valores de convivencia.
Los campeonatos nacionales e internacionales u otros eventos deportivos de semejante rango se han convertido, o pueden convertirse, en las ceremonias de encuentro entre culturas con mayor dimensión, lo cual debe ser adecuadamente fomentado.
Los sentidos, en fin, de pertenencia y prestigio colectivo ante el éxito, que el deporte vivifica, indican, junto a otros, la presencia de factores emocionales de cualidad subjetiva. Constatar la influencia de contenidos psíquicos profundos es determinante.