Cuando el tren parece que va a salir
Alejandro Cremades. CEO de Onevest
Llegué a Nueva York en 2008 para hacer un Master. Trabajé en arbitrajes de protección de inversiones en un despacho americano y poco a poco, al principio como hobby, empecé a introducirme en el ámbito de las startups o compañías emergentes, logrando establecer buenas relaciones con emprendedores estadounidenses.
En aquel momento había una gran falta de estructura, sobre todo en la fase semilla de financiación y cuando vi como un par de amigos tenían que cerrar sus empresas por falta de acceso a esa financiación, me decidí a fundar una plataforma de equity crowdfunding para startups tecnológicas y tratar de hacer las cosas de mejor manera.
Hay tres tipos de crowdfunding. Uno es el de donaciones donde no hay ningún tipo de acciones o de participación en la empresa para el inversor. Este modelo es recomendable para empresas que generan productos tangibles con los que pueden hacer una especie de preventa a cambio de financiación. Otro es el equity crowdfunding donde un grupo de personas contribuye con cantidades de dinero y a cambio se llevan una participación en la empresa; acciones en vez de una camiseta o algo tangible como en el caso de donaciones. Finalmente está el peer to peer, que es un sistema de préstamos entre individuos.
En 2010 hicimos un estudio de mercado y fuimos a nuestros abogados, que nos dijeron que nos habíamos vuelto locos. Por esas fechas la legislación en EEUU, que databa de 1933, no permitía crear plataformas para conectar startups con inversores y ni siquiera el término “crowdfunding”, (financiación- microfinanciación colectiva) tenía una definición clara.
Lo que hicimos fue crear “RockThePost”, una plataforma, en principio no transaccional, para evitar colisiones con la comisión de valores norteamericana. En 2012 surge la “Jobs act” una nueva legislación en EEUU más favorecedora de nuestra operativa y en 2014 adquirimos CoFoundersLab.
Hoy, “Onevest”, resultado de la fusión de “RockThePost” y “CoFoundersLab”, es una de las plataformas lideres de equity crowdfunding. Pero, no solo nos dedicamos a “capturar” empresas en fase de financiación que conectamos con inversores, sino también a capturar startups en la fase de la formación a través del servicio de CoFoundersLab, donde, por ejemplo, si un emprendedor sale de una escuela de negocios y no tiene cualificación de ingeniero, consigue contactar con un socio que cubra dicho perfil, para así, poder lanzar su proyecto. La idea es que gran parte de esas startups acaben “graduándose” para financiarse en Onevest.
En estos momentos tenemos más de 200 convenios o partnership y aceleradoras como Texstar, Harvard y MIT, están utilizando la tecnología de CoFoundersLab para formar equipos.
Grandes empresas en su día fueron rechazadas más de 300 veces por inversores. Cuando la dinámica es uno a uno, el proceso se ralentiza, pero con las plataformas on line se produce una gran aceleración en los procesos de búsqueda de financiación. En este caso es el inversor el que acude al emprendedor y no viceversa como en los procesos convencionales de acceso a la financiación.
Nueve de cada 10 startups fracasan, pero el fracaso genera experiencia. En EEUU lo que aprendes fracasando lo puedes emplear en una segunda oportunidad.
En Onevest las start up que se incorporan a la plataforma tienen que venir con un inversor. Solo un 3% de las empresas que aplican a Onevest consiguen entrar en la plataforma, porque somos muy exigentes en cuanto al cumplimiento del marco legal por parte de las startups aspirantes.
Cuando el tren parece que va a salir de la estación es cuando la gente se quiere subir y eso es algo que el emprendedor debe tener en cuenta a la hora de explicar su proyecto. El emprendedor debe ser un gran estratega y debe saber trasmitir ese “momentum” y esa atracción.
Un buen consejo, en fin, es ir a por una ronda de financiación cuando no se necesita. Cuando se necesita dinero el inversor lo percibe y los términos de la financiación van a jugar a su favor.
Por cortesía de Founders & Tips.